68 Alumnos se gradúan en el I.E.S. Nuevas Poblaciones
El pasado día 6 de Junio se celebró el acto académico celebrado con motivo de la graduación de los alumnos/as de 2º Bachillerato y CF Grado Medio de Administrativo y CF Grado Superior de Administració
Adjuntamos además, el discurso pronunciado por D. Daniel Cotta, profesor de Lengua y Literatura de este centro
DE PARTE DE LOS MAESTROS
Después de tantos meses, tantos años
de estudios, de deberes sin igual,
es muy probables que os sintáis extraños
de veros ya llegados al final.
Llegasteis a estas aulas siendo niños;
temblabais sí decían vuestros nombres.
Y el tiempo, que pasó en un par de guiños,
hoy ve salir de aquí mujeres y hombres.
En vuestras mesas quedan arrumbados
libros y apuntes de cualquier materia
inyectados en vena o devorados
mientras otros se iban a la feria.
La culpa la tenemos los maestros,
por no querer dejar ni un tema a medias,
por anhelar que los alumnos nuestros
fuesen no alumnos, sino enciclopedias.
Armados de una tiza, os impartimos
las clases más intensas y más duras,
y a lo largo del curso os infligimos
nueve torturas, digo... asignaturas.
¡Cuántas bases de datos estadísticas
y cuántas integrales habéis hecho!
¡En Religión, qué de experiencias místicas!
¡Y cuántos derechazos en Derecho!
Latín, con ablativos absolutos.
A la hora del Francés, el voulez-vous.
Y el Griego, ¿a qué se da en el instituto
si ya me sé en Inglés el how are you?
¡Qué clima tan adverso en Geografía!
¡La Historia, por favor, qué larga es!
En Física, ¡qué baja la energía!
¡Qué alto, en Economía, el interés!
El Arte se aprendió con malas artes.
Dibujo y Biología con tesón.
Dudasteis de la vida con Descartes
y en Química os quedasteis sin reacción.
A Kafka, ¡qué kafkiano lo encontrasteis!
Y viendo a Valle-Inclán y a Juan Ramón,
con los del Veintisiete os acordasteis,
en fin, de toda su Generación.
Y todo eso impartido en largos días,
en días que os sabían a secuestros.
¿Quién fue capaz de tales fechorías?
La culpa la tuvieron los maestros.
Os dimos montes de conocimientos
y fuisteis Atlas del saber humano.
Nosotros nos daremos por contentos
sí os queda en el futuro un solo grano.
Os hicimos sufrir —qué miserables!—
con todo el buen saber de los ancestros.
Si alguien de ustedes busca responsables,
la culpa la tenemos los maestros.
Si hicierais una suma bien sucinta
de los bolis gastados desde niños,
podríamos llenar con vuestra tinta
un buen barril de Riojas o Alvariños.
¡Podéis brindar por fin! Llegó el momento.
Atrás quedaron llantos en derroche,
trasnoches, madrugones, el tormento
que veis recompensado en esta noche.
La noche en que este curso ha terminado.
La noche en que, por hoy, nada os inquieta.
La noche en que os habéis recuperado.
La noche en que alcanzasteis vuestra meta.
No habéis llegado solos. Eso es cierto.
Si hay alguien que mantuvo su vigilia
para ayudaros a llegar a puerto,
son vuestros padres, sí, vuestra familia.
Sufrieron con vosotros vuestro sino;
también aligeraron vuestros cuellos,
y mientras practicabais el camino,
nunca anduvisteis solos: iban ellos.
¡Qué rápidos pasaron los ayeres!
Los niños que llegasteis a la guarde,
¿los veis?, son estos hombres y mujeres
que abrazáis orgullosos esta tarde.
Y vosotros, discípulos tan buenos
que formáis parte ya de nuestra vida,
aquí ya se os empieza a echar de menos
aun antes de llegar vuestra partida.
Ahora el horizonte se os expande.
Ahí está, por conquistar, la vida.
Cada cual, a su modo, será grande
regando la semilla aquí aprendida.
Pero ojalá, cuando el camino andado
os haga médicos o jueces diestros,
cuando vuestro valor atesorado
haga señeros los triunfos vuestros,
digáis rememorando este pasado.
«La culpa la tuvieron los maestros».
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