El historiador carloteño y profesor de Geografía e Historia Antonio Martínez Castro ha recibido de la Universidad de Córdoba el Premio Extraordinario de Doctorado correspondiente al curso 2015-2016. Se trata de un galardón que premia los mejores expedientes de Doctorado de cada curso académico, al igual que existe un premio de bachillerato o de licenciatura o grado.
Antonio Martínez se convierte de este modo, que tengamos constancia, en el primer carloteño que recibe ese premio, la más alta distinción académica que puede obtener una persona a lo largo de sus estudios. Sin duda se trata de una muestra de que La Carlota, que siempre ha sido una localidad con un elevado número de estudiantes y titulados universitarios, comienza a dar frutos de primer nivel en ese sentido. La trayectoria doctoral de Antonio Martínez se inició en 1997, año en que tras licenciarse en Geografía e Historia comenzó a cursar los dos años de formación de doctorado que por entonces era preceptivo realizar (Bienio 1997-1999). En ellos completó una formación de calidad orientada mayoritariamente al conocimiento profundo de la Historia Antigua de Andalucía y de Córdoba, gracias a la magnífica labor docente de los profesores Juan Francisco Rodríguez Neila, Pedro Lacort, Enrique Melchor y María Luisa Cortijo. Terminó dichos cursos con media de Sobresaliente y posteriormente, en 2004,presentó su Trabajo de Investigación Tutelado de Tercer Ciclo (la antigua “Tesina”), también calificado con la máxima nota, Sobresaliente, y que versó sobre la romanización y el poblamiento romano en el territorio de La Carlota. Finalmente, su formación doctoral ha concluido con la tesis presentada en 2016 sobre el poblamiento antiguo, medieval y moderno en La Carlota, que fue calificada con Sobresaliente Cum Laude, la máxima nota que se puede otorgar a ese tipo de trabajos. En total han sido unos cuatro o cinco años de formación doctoral (lo equivalente a otra carrera), aunque repartidos en el tiempo porque además Martínez, mientras investigaba, ha conseguido otros logros como el acceso al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria.
En noviembre de 2016 la Universidad de Córdoba abrió el plazo para solicitar el Premio Extraordinario de Doctorado. Para su concesión era requisito indispensable haber obtenido el Sobresaliente Cum Laude en la Tesis Doctoral. Además, en el baremo se tenían en cuenta méritos de primer nivel científico, como publicaciones en revistas de calidad científica, trabajos de divulgación,libros y capítulos, intervenciones en congresos, etc.En conclusión, se trata de valorar el contenido de las tesis de los doctores y doctoras que las hayan defendido así como la producción científica que han generado. De la resolución definitiva, que se ha conocido este 12 de septiembre, ha resultado la concesión de19 premios extraordinarios de Doctorado de todas las especialidades, sobre un total de 270 tesis presentadas (cinco a doctorandos del área de Ciencias, cuatro a los de Artes y Humanidades –entre los que se encuentra Martínez Castro-, cuatro a los de Ciencias de la Salud, tres a los de Ciencias Sociales y Jurídicas y tres a los de Ingeniería y Arquitectura).
En esta nueva edición de los premios extraordinarios cabe destacar que de las cuatro distinciones en el área de Artes y Humanidades, tres han correspondido a doctorandos del laboratorio de Estudios Judeoconversos, lo que se explica por la gran dinámica científica del equipo dirigido por el catedrático Enrique Soria Mesa, responsable de dicho laboratorio y director de la tesis de Antonio Martínez Castro. En las otras macroáreas los primeros clasificados han investigado sobre nanotecnología aplicada al diseño de biosensores (Ciencias),estudios genéticos relacionados con la maduración y conservación de la fresa (Ciencias de la Salud),bullying en jóvenes andaluces (Ciencias Sociales y Jurídicas) y eliminación de contaminantes en aguas mediante tecnologías limpias (Ingeniería).
Por su parte, lo más llamativo de todo es que Antonio Martínez, además de ser natural de La Carlota, ha podido convertir la historia de este municipio en el eje de su formación doctoral, con lo cual ha disfrutado doblemente mientras se doctoraba porque ha conocido mucho mejor y de primera mano la historia de su propio pueblo. Y para el pueblo de La Carlota debe ser un orgullo que su historia haya sido abordada desde la investigación universitaria, como una garantía para su mejor conocimiento y futura puesta en valor mediante la difusión y la interpretación del patrimonio. Como dice una máxima, para poder difundir nuestra historia y nuestro patrimonio antes hay que estudiarlo y conocerlo, y sin duda a ello contribuye notablemente la producción científica de Antonio Martínez Castro.
Martínez manifiesta alegría y satisfacción por el premio recibido, pues considera que es el mejor broche que se podía poner a su trayectoria académica, la cual ha sido apasionada pero también ha necesitado mucho sacrificio. Ahora le vienen a la cabeza todos los esfuerzos hechos durante años por él y su familiaen pro de su formación, sobre todo por sus padres y su esposa ylos amigos y compañeros de trabajo que lo han apoyado. Igualmente, reconoce que nada habría sido igual sin los grandes profesores que ha tenido en su vida académica y que han contribuido enormemente a formarlo como profesional y como persona, destacando su maestro del colegio en El Arrecife, José María Moyano Plata, su profesor de Historia del instituto de La Carlota, Rafael Jiménez Álvarez, o sus profesores y compañeros del Área de Historia Antigua de la Universidad de Córdoba y en general de la Facultad de Filosofía y Letras, en especial sus directores de tesis Enrique Soria Mesa y María Luisa Cortijo Cerezo.